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[FxA] JMiur


NOTA DE VRedondoF : en color rojo las frases que para mi son MUY APROVECHABLES.

7, 8, 9 y 10

de Vagabundia 

  1. No todo lo que hacemos le importa a alguien, basta que nos importe a nosotros.
  2. No todo lo que vemos en otro lado podremos aplicarlo a nuestro sitio. Todos tenemos limitaciones y siempre habrá algo que no podremos hacer.
  3. Aunque corrija veinte veces algo, siempre es posible que haya un error.
  4. Cuanto más aprendemos, más dudas tendemos. No porque sepamos menos sino porque empezaremos a darnos cuenta de todo lo que ignoramos.
  5. Tener un blog es tan sencillo como querramos o tan complicado como se nos ocurra. No saber nada de HTML no es una limitación a menos que se nos de por ir un poco más allá.
  6. Hacer click click click o copiar y pegar sin saber lo que hacemos es el camino más seguro hacia el desastre.
  7. No todo lo que brilla es oro, no todos los consejos son universalmente válidos; siempre hay, por lo menos, dos soluciones válidas para un mismo problema.
  8. Si algo funciona es que está bien y seguro que puede mejorarse pero ... si algo funciona es que está bien.
  9. La única diferencia entre un blog y el Purgatorio es que del Purgatorio puede salirse.
  10. Lo mejor que tienen las listas de consejos es que podemos no leerlas.


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Publicado por VRedondoF para FxA el 5/02/2010 06:20:00 PM
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[FxA] Wody Allen




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Publicado por VRedondoF para FxA el 4/14/2010 03:48:00 PM
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[FRP] Lanza en ristre

de Curistoria


El dicho "estar con la lanza en ristre" indica que alguien está dispuesto para contestar o luchar por algo con firmeza o emprender una acción complicada. También se usan expresiones similares como "se dirigió allí lanza en ristre", con el mismo sentido. La explicación de este dicho es tan sencilla como lógica y descansa en lo que es el ristre.

El ristre, que pueden ver claramente en la parte izquierda del pecho de la imagen que acompaña esta entrada, es una pieza que se incorporaba en las armaduras con el objeto de apoyar y sujetar (para que no cayera y también para que no se desplazara hacia atrás) la lanza en las acometidas. Como salvo en combate, el resto del tiempo podría ser más un estorbo que una ayuda, estas piezas solían tener un sistema por el que se abatían, quedando paralelas al pecho y molestando menos. En cualquier caso, llevar una armadura ya debía ser suficiente molesto y complicado.

Imagen tomada de Tercios de Flandes


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Publicado por VRedondoF para FRP el 4/09/2010 10:09:00 AM
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[FxA] Benjamin Franklin

El famoso Benjamin Franklin paseaba cierto día con un amigo, más joven que él, que le preguntaba sobre la ansiedad y la inquietud que provoca el hecho de poseer demasiadas riquezas. Aquél le dio un ejemplo práctico.

Viendo cerca una canasta de manzanas, tomó una de ellas y se la dio a un niño, quien le agradeció con una amplia sonrisa. Tomó entonces otra manzana, y se la dio también. La alegría del pequeño ya no tenía límites. Tomando una tercera manzana, se la ofreció al niño. Este, a pesar de que tenía sus dos manos ocupadas, con gran esfuerzo logró coger la tercera manzana, pero en un descuido la última manzana cayó a un riachuelo cercano. El chico rompió a llorar.

"He aquí un hombre pequeño con demasiadas riquezas para poder gozar de ellas -dijo Franklin-. Con dos manzanas era feliz; con tres ya no lo es."


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Publicado por Victorino Redondo F. para FxA el 4/05/2010 10:42:00 AM
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[FxA] Les Luthiers - Frases Geniales




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Publicado por VRedondoF para FxA el 4/04/2010 03:33:00 PM
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[La Caja] SEGUNDA PARTE - Cómo entramos en la caja - Kate


SEGUNDA PARTE
Cómo entramos en la caja
Kate
Sólo había estado con Kate una vez. Ella fue la última de mis ocho entrevistadores. Me agradó en seguida, y desde entonces había averiguado que eso mismo le sucedía a casi todo el mundo en la empresa.
Su historia era en cierto modo la de Zagrum y, como sucedía con la de la empresa, se contaba y se transmitía a los empleados recién llegados. Entró a formar parte de la empresa en cuanto terminó sus estudios, creo que en el Williams College, hacía ya unos veinticinco años, con un título en historia. Fue una de las primeras veinte empleadas de Zagrum y empezó tomando pedidos. En aquellos tiempos parecía como si el futuro de la empresa estuviera rodeado de constantes dudas. Después de cinco años, convertida ya en directora de ventas de Zagrum, Kate se marchó en busca de una mejor oportunidad, aunque terminó por cambiar de idea gracias a una apelación personal del propio Lou. Desde entonces y hasta la jubilación de Lou, Kate había sido la segunda al mando en Zagrum, la «mano derecha» de Lou, por así decirlo.
Una vez que él se jubiló, fue nombrada presidenta ejecutiva.
—Hola, Tom —me saludó, tendiéndome la mano—. Es agradable verle de nuevo. ¿Le trata bien la vida?
—Sí, no puedo quejarme —contesté, haciendo un esfuerzo para ignorar, por el momento, tanto mi sorpresa por encontrármela como por el desastre en que se había convertido mi vida familiar—. ¿Ya usted?
—Me temo que nunca hay un momento para aburrirse —contestó con una risita.
—Casi no puedo creer que recuerde usted quién soy —le dije.
—¿Qué? ¿Olvidar a un socio de los St. Louis Cardinals? Nunca. Además, acudo para reunirme con usted.
—¿Conmigo? —pregunté con incredulidad, señalándome el pecho con un dedo.
—Así es. ¿Bud no le dijo nada?
—No, o al menos no lo creo, y estoy seguro de que lo recordaría si me lo hubiera dicho.
—Bueno, quizá pretendía darle una sorpresa. Imagino que se la he echado a perder —dijo con una mueca burlona sin que, al parecer, lo lamentara—. No tengo muchas oportunidades de tomar parte en estas sesiones, aunque lo intento si me lo permite mi agenda. En realidad, es lo que más me gusta de todo.
—¿Reuniones sin fin para hablar de los problemas de la gente? —pregunté en tono jocoso.
—¿Cree acaso que es eso lo que está sucediendo? —me preguntó con una ligera sonrisa en los labios.
—No, sólo bromeaba. En realidad, es todo bastante interesante, aunque tengo algunas cuestiones que plantear.
—Bien. Esperaba que fuera así. Y está usted con la persona adecuada. No hay nadie mejor que Bud para aprender todo esto.
—No obstante, tengo que decir que me asombra que usted y Bud vayan a pasar toda la tarde conmigo. Quiero decir, ¿no tienen una forma más importante de utilizar su tiempo?
Kate se detuvo de pronto y, del mismo modo repentino, hubiera querido retirar aquella pregunta. Ella me miró con seriedad.
—Quizás esto le parezca extraño, Tom, pero no hay, realmente, nada más importante que esto, al menos desde nuestro punto de vista. Casi todo lo que hacemos aquí, en Zagrum, desde nuestras formulaciones de trabajo hasta nuestros procesos de información y nuestras estrategias de medición, todo eso se crea sobre la base de lo que está usted aprendiendo. «¿Qué tiene que ver todo esto con la medición?», me pregunté. No pude ver relación alguna.
—Pero todavía no cabe esperar que haya desarrollado ya una cierta sensibilidad sobre el tema. Apenas acaba de empezar. De todos modos, creo que sé a qué se refiere.
—Reanudó el paso, aunque ahora más lentamente—.
Parece un poco excesivo tenernos a Bud y a mí atados a usted durante toda la tarde. Y ciertamente, es un poco excesivo. Yo no necesitaría estar aquí. Bud es mucho mejor explicándolo todo. Lo que sucede es que el tema me agrada tanto que, si pudiera, si no tuviera todas las otras responsabilidades que me atan, estaría presente en cada una de estas reuniones. ¿Quién sabe? Quizás algún día le arrebate a Bud esa responsabilidad —dijo, echándose a reír sólo de pensarlo—. Hoy es una de esas raras ocasiones en las que puedo estar presente, aunque es posible que tenga que salir un poco temprano.
Durante un momento, caminamos en silencio.
—Bueno, dígame cómo han ido las cosas hasta el momento —me preguntó.
—¿Se refiere a mi trabajo?
—A su trabajo, sí, aunque en realidad me refería a su experiencia de hoy.
¿Cómo le ha ido?
—Bueno, aparte de enterarme de que estoy metido en la caja, todo va estupendamente —contesté con una amplia sonrisa.
—Sí, ya sé lo que quiere decir —asintió Kate echándose a reír—. Pero no se lo tome de forma tan rígida. Bud también está en la caja, ¿sabe? —me dijo con una suave sonrisa, tocándome ligeramente el codo—. Y, si le sirve de consuelo, yo también.
—Pero si por lo que parece todo el mundo está en la caja, incluidas personas de tanto éxito como usted y Bud, ¿a qué viene todo esto?
—La cuestión es que, aun cuando a veces estemos en la caja, y probablemente siempre lo estaremos en mayor o menor medida, hemos alcanzado el éxito gracias a las veces y las formas en que aquí, en esta empresa, hemos estado fuera de ella. El propósito de todo esto no es la perfección. Nada más lejos de la realidad. Se trata, simplemente, de mejorar. Mejorar de una forma tan sistemática y concreta, que permita mejorar a su vez al personal de la empresa. Es esa clase de mentalidad de liderazgo, aplicada a todos los niveles de la organización, lo que nos distingue. »Parte de la razón por la que acudo a estas sesiones siempre que puedo es para recordar algunas cosas. La caja es un lugar lleno de trampas. Seguro que al final de la jornada ya habrá comprendido mucho más al respecto.
—Pero hay una cosa que me tiene perplejo ahora mismo, Kate.
—¿Sólo una cosa? —me preguntó sonriente mientras subíamos la escalera hacia el tercer piso.
—Bueno, quizá más de una, pero ahí va una para abrir boca. Si hay realmente dos formas de ser, la de estar fuera de la caja, en la que veo a la gente como personas, y la de estar dentro de ella, en la que veo a las personas como objetos, ¿qué le hace a uno ser de una forma o de otra? —Estaba pensando en Laura y en lo imposible que es—. Quiero decir, estoy pensando en una situación en la que resulta imposible estar fuera de la caja con respecto a alguien. Realmente imposible.
Daba la impresión de que debía continuar el pensamiento o la cuestión, fuera la que fuese, pero no se me ocurrió nada más que decir, así que me detuve.
—Creo que Bud debería intervenir para contestar esa pregunta —dijo Kate— Ya hemos llegado.


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Publicado por VRedondoF para La Caja el 4/03/2010 12:57:00 PM
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[FRP] Popurrí de FRyP a clasificar.


El dinero hace hombres ricos,
el conocimiento hombres sabios,
la humildad hace hombres grandes.
A buena hambre, no hay pan duro.

"La riqueza es como el agua salada, cuanto más se bebe, más sed produce." Schopenhauer

Algo es algo, dijo, al ver un hueso, un galgo.

"Todo político divide a la humanidad en dos clases: los seres utilizables, y los enemigos" Nietzsche

A quien vive pobre por morir rico, llámale borrico.

Todos vivimos bajo el mismo cielo, pero ninguno tiene el mismo horizonte." Konrad Adenauer

Acuérdate, nuera, de que también serás suegra.

"Los pueblos débiles y flojos, sin voluntad y sin conciencia, son los que se complacen en ser mal gobernados." Jacinto Benavente

A lo que no puede ser, paciencia.

"Cuando es más corrupto el estado, hay más leyes." Tácito

A quien te engañó una vez, jamás le has de creer.

"Equivocarse, y a pesar de ello, deber otorgar confianza a mi ser interior, esto es el hombre." Gotfried Benn

Al que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.

"Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría." Proverbio Árabe

Al mal segador, la paja le estorba.

El político debe tener: amor apasionado por su causa; ética de su responsabilidad; mesura en sus actuaciones." Max Weber

Acoge lo provechoso, y no admitas lo dañoso.

"Cuando llega el tiempo en que se podría, ha pasado el tiempo en que se pudo."

Árbol que no frutea, bueno es para leña.

Aquí yace quien nació y murió, sin saber nunca para qué vivió.

"Si fuéramos capaces de unirnos, qué hermoso y que cercano seria el futuro"
Che Guevara

Al hombre mayor, dale honor.

"No debe cometerse una injusticia aun cuando el universo se desplome." José Felix Restrepo

A la gallina y a la mujer, le sobran nidos donde poner.

"El placer es el bien primero. Es el comienzo de toda preferencia y de toda aversión. Es la ausencia de dolor en el cuerpo y de inquietud en el alma." Epicuro

Algo busca en tu casa quien te hace visitas largas.

"El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea dueño del mundo." Epicuro

A maestro de espada, aprendiz de pistola.

"Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio." Proverbio Hindú

Aceite de oliva, todo el mal quita.

"El Mundo está en las manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y correr el riesgo de vivir sus sueños." Paulo Coelho

Ara bien; y cogerás Maíz.

"No pases el tiempo con alguien que no esté dispuesto a pasarlo contigo." Gabriel García Márquez

Abre el ojo, y te ahorrarás enojos.

"Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas." Albert Einstein

A los treinta doncellez, muy rara vez.

"Para saber hablar es preciso saber escuchar." Plutarco

Amores nuevos olvidan los viejos.

"Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida." Proverbio Chino

Aunque las sillas hayan cambiado, los asnos siguen siendo los mismos.

"Nunca consideres el estudio como una obligación sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber." Albert Einstein

A palabras necias, oídos sordos.

"Una mujer hermosa agrada a los ojos; una mujer buena agrada al corazón; la primera es un dije; la segunda es un tesoro." Napoleón Bonaparte

Agua que no has de beber, déjala correr.

"El sabio no dice nunca todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice." Aristóteles

A grandes males, grandes remedios.

"Nunca sabréis quiénes son vuestros amigos hasta que caigáis en desgracia." Napoleón Bonaparte

A río revuelto, ganancia de pescadores.

"No te lamentes de tus errores, aprende de ellos" Bill Gates

A falta de caballos, troten los asnos.

"No importa que tan lento vayas, lo importante es nunca detenerse" Confucio

Buena es la justicia si no la doblara la malicia.

"Los libros son más livianos que las herramientas del obrero o del labrador, estudia hijo o terminarás desempeñando alguno de estos oficios." Hermes Varillas Labrador

Buen porte y buenos modales, abren puertas principales.

"La sabiduría no ejerce ninguna autoridad, y aquellos que ejercen la autoridad no son sabios." Jiddu Krishnamurti

Bicho malo, nunca muere.

"La filosofía es un afán del saber libre y desinteresado."Pitágoras

Buenas acciones valen más que buenas razones.
"Sin lucha no hay progreso" Frederick Douglas

Caballo de regalo, tenlo por bueno aunque sea malo.

"No estudio por saber más, sino por ignorar menos." Sor Juana Inés de la Cruz

Cuando escribas alguna carta, léela despacio antes de enviarla.

"La lisonja no es otra cosa que un medio falso y perverso de un mediocre para alimentar el egoísmo de alguien poco cuerdo" Hermes Varillas Labrador

Cuando los ciegos guían, ¡ay de los que van detrás!.

"Se aprende poco con la victoria, en cambio, mucho con la derrota" Proverbio Japonés

Calla, haz, y con la tuya te saldrás.

"Quiero morir siendo esclavo de los principios, no de los hombres" Emiliano Zapata

Corazón cobarde no conquista damas ni ciudades.

"Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos." Willian Shakespeare

Allá donde fueres, haz lo que vieres.

"Menos mal hacen los delincuentes que un mal juez."Quevedo

A quien madruga, Dios le ayuda.


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Publicado por Victorino Redondo F. para FRP el 4/02/2010 10:40:00 AM
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[FRP] Discusiones bizantinas

BizancioUna discusión bizantina es una conversación en la que las partes en liza discuten sobre un tema sin mucha relevancia, pero con características muy sutiles y ambiguas. Es decir, una discusión bizantina es algo más que un diálogo de besugos pero, no mucho más.

El origen de este dicho descansa en los concilios y reuniones de la primera iglesia ortodoxa griega, que se celebraban en Bizancio. En estas reuniones, los temas a discutir eran tan dados a interpretaciones y teorías como el sexo de los ángeles, dónde van los niños que fallecen sin bautizar, sin son inocentes, o si Jesucristo se reía.

y2a -Fuente: Expresiones y dichos populares de José Calles y Belén Bermejo


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Publicado por Victorino Redondo F. para FRP el 3/31/2010 01:19:00 PM
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[FxA] Auguste Comte (1798-1857) Filósofo francés.

"El amor como principio, el orden como base, el progreso como fin."  Auguste Comte (1798-1857) Filósofo francés.

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Publicado por Victorino Redondo F. para FxA el 3/31/2010 12:00:00 PM
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[FRP] Proverbios ingleses


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"La mitad de nuestras equivocaciones nacen de que cuando debemos pensar, sentimos; y cuando debemos sentir, pensamos."

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Publicado por Victorino Redondo F. para FRP el 3/30/2010 08:20:00 PM
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[FxA] Seth Godin.


autor (AUTODEFINIDO) segun el del mejor blog sobre marketing/escritor de los mayores bestsellers en el tema:


"El blog, es gratis y no importa si nadie lo lee. Lo que importa es la humildad que nace de escribirlo. Es la mera conciencia de pensar lo que escribirá. Cómo se esfuerza uno a contar y plasmar en tres párrafos la idea por la cual se creó ese espacio.
Si eres bueno en ello, la gente lo leerá.
Si no eres bueno en ello, ya llegarás a serlo".



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El mayor enemigo del cambio y el liderazgo no es un «no». Es un «todavía no»


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y2a

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Publicado por Victorino Redondo F. para FxA el 3/30/2010 07:53:00 PM
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[LCV] 013 -La felicidad es el camino



LA FELICIDAD ES EL CAMINO

Nos convencemos de que la vida será mejor después de cumplir los 18 años, después de casarnos, después de conseguir un mejor empleo, después de tener un hijo, después de tener otro...
Entonces nos sentimos frustrados porque nuestros hijos no son lo suficientemente grandes, y pensamos que nos sentiremos felices cuando lo sean. Después nos lamentamos porque son adolescentes difíciles de tratar; ciertamente, nos sentiremos más felices cuando salgan de esa etapa.
Nos decimos que nuestra vida será completa cuando a nuestro(a) esposo(a) le vaya mejor, cuando tengamos un mejor carro o una mejor casa, cuando podamos ir de vacaciones,
cuando estemos retirados.

La verdad es que no hay mejor momento que este para ser felices. Si no es ahora, ¿cuándo?
Una de nuestras frases favoritas es de Alfred de Souza: “Por largo tiempo parecía para mí que
la vida estaba a punto de comenzar, la vida de verdad. Pero siempre había un obstáculo en el
camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar, tiempo por pasar, una deuda que
pagar; entonces la vida comenzaría. Hasta que me di cuenta de que estos obstáculos eran mi
vida”.
Esta perspectiva nos ha ayudado a ver que no hay camino a la felicidad: la felicidad es el camino. Debemos atesorar cada momento, mucho más cuando lo compartimos con alguien especial, y recordar que el tiempo no espera a nadie.

No espere hasta terminar la escuela, hasta volver a la escuela, hasta bajar diez libras, hasta
tener hijos, hasta que los hijos vayan a la escuela, hasta que se case, hasta que se divorcie,
hasta el viernes por la noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el
verano, el otoño o el invierno, o hasta que muera, para aprender que no hay mejor momento que este para ser feliz. La felicidad es un trayecto, no un destino.

Trabaja como si no necesitaras dinero, ama como si nunca te hubieran herido y baila como si nadie te estuviera viendo.


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Publicado por VRedondoF para LCV el 3/30/2010 11:26:00 AM
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[LCedlV] La pregunta más importante


LA PREGUNTA MÁS IMPORTANTE*.

En cierta ocasión, durante mi segundo semestre en la escuela de enfermería, el profesor nos
hizo un examen sorpresa. Leí rápidamente todas las preguntas, hasta llegar a la última: “¿Cómo se llama la mujer que limpia la escuela?”

Seguramente era una broma. Yo había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela.
Era alta, de cabello oscuro, unos 50 años, pero, ¿cómo iba a saber su nombre? Entregué el examen sin contestar la última pregunta.

Antes de que terminara la clase, alguien le preguntó al profesor si esa pregunta contaría para la calificación. “Definitivamente —contestó.

En sus carreras ustedes conocerán a muchas personas. Todas son importantes. Ellas merecen su atención y cuidado, aun si ustedes sólo les sonríen y dicen: ¡Hola!”

Nunca olvidé esa lección, y supe luego que su nombre era Dorothy.
Todos somos importantes.
Este es un curso acelerado de relaciones humanas en el trabajo.
A propósito, ¿ya se hizo la misma pregunta ?.

Contribución de Sebastián Núñez y Lucía Posada, versión de Tché Souto. El tema ha sido mencionado por Gonzalo Gallo en un curso de administración.

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Publicado por VRedondoF para LCedlV el 3/23/2010 11:25:00 AM
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[FplN] “Lo importante no es saber, sino tener el teléfono de los que saben”


"Lo importante no es saber,
sino tener el teléfono de los que saben"

Les Luthiers – Artistas argentinos

Ésta es otra de esas frases de dudosa procedencia que, aparentemente, parece atribuirse al grupo argentino de artistas Les Luthiers. Como asegura el profesor Costa, hoy en día, tal vez sea más acertado decir que lo que se necesita es tener un acceso a Internet en lugar de un teléfono, pero lo realmente importante, independientemente de la tecnología que se emplee, es desarrollar una red de contactos en tantos sectores como sea posible. Gracias a Internet, "podemos acceder a la enciclopedia online Wikipedia o a Google y así conocer a quienes saben, viendo vídeos (Youtube) o fotos (Facebook), accediendo a su teléfono o saber lo que han hecho, escrito o comentado (Technorati, Blogger), dónde trabajan (Google maps) e, incluso, verlo a través de un satélite (Google Earth)", además de otras posibilidades que ofrece la red de redes, matiza Costa.


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Publicado por VRedondoF para FplN el 3/22/2010 10:40:00 AM
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[La Caja] 1.08 -Dudas


Dudas
El sol de agosto era abrasador mientras recorría de regreso el sendero junto al Kate's Creek. A pesar de haber nacido en St. Louis y haber vivido durante años en la costa Este, había pasado tiempo suficiente en climas más suaves como para sentirme bastante incómodo con la humedad del calor veraniego de Connecticut. Me agradó avanzar bajo la sombra de los árboles, en dirección al edificio 8.
No había forma, sin embargo, de protegerme de la exposición que sentía en mi interior. Me encontraba en terreno completamente desconocido. Nada de lo experimentado hasta entonces en mi carrera me había preparado para una entrevista como la que acababa de tener con Bud. Pero aunque me notaba muy inseguro y mucho menos convencido que unas horas antes de estar entre el puñado de ejecutivos que dirigía Zagrum, tampoco me había sentido nunca tan bien acerca de lo que estaba haciendo. Sabía que durante esta pausa había algo que tenía que hacer y sólo confiaba en encontrar a Joyce Mulman para poder hacerlo.

—Sheryl, ¿puede indicarme dónde está el despacho de Joyce Mulman? —le pregunté a mi secretaria al pasar ante ella y entrar en mi despacho.
Tras dejar el bloc de notas sobre la mesa y volverme, vi que Sheryl estaba de pie ante la puerta, con una expresión de preocupación en su rostro.
—¿Ocurre algo malo? —preguntó lentamente—. ¿Es que Joyce ha vuelto a hacer algo?
Las preguntas de Sheryl implicaban cierta preocupación por mí, pero su actitud ponía de manifiesto la preocupación que en realidad sentía por Joyce, como si quisiera protegerla de una inminente tormenta si tuviera la oportunidad. Y a mí me sorprendió la suposición, implícita en su pregunta, de que si deseaba ver a alguien debía de ser porque esa persona había hecho algo mal. Mi entrevista con Joyce podía esperar un momento. Antes tenía que hablar con Sheryl.
—No, no ocurre nada malo —contesté—. De todos modos, entre un momento, porque hay algo de lo que deseo hablar con usted. Siéntese —le pedí, al ver que se mostraba indecisa. Rodeé la mesa y me senté frente a ella—. Soy nuevo aquí —empecé diciendo— y usted todavía no ha tenido muchas oportunidades de conocerme bien. Por eso necesito que sea absolutamente franca conmigo.
—Está bien —dijo, un tanto evasivamente.
—¿Le gusta trabajar conmigo? Quiero decir, en comparación con otras personas para las que haya trabajado antes, ¿diría que soy un buen jefe?
Sheryl se removió en el asiento, evidentemente incómoda con la pregunta.
—Desde luego —contestó con un tono de voz demasiado vehemente—.
Claro que me gusta trabajar con usted. ¿Por qué?
—Era una simple curiosidad —contesté—. Así que le gusta trabajar para mí.
—Ella asintió, sin mucha convicción—. Pero ¿diría que le gusta trabajar para mí tanto como le gustó trabajar para otros?
—Oh, claro —contestó con una sonrisa forzada, bajando la mirada—. Me he sentido a gusto con todas las personas para las que he trabajado.
Mi pregunta dejó a Sheryl en una situación imposible. Era extremadamente injusto. Pero ya conocía la respuesta que buscaba: no le caía muy bien. La verdad se traslucía en su actitud de forzada naturalidad y en los movimientos que dejaban adivinar su incomodidad. Pero no experimenté rencor alguno hacia ella. Por primera vez en un mes, sentí pena, y también me sentí un tanto azorado.
—Está bien, Sheryl, gracias —le dije—. Pero empiezo a tener la sensación de que probablemente ha sido un tanto horrible trabajar conmigo.
Ella no dijo nada.

Levanté la mirada y creí observar cómo se formaba un velo de humedad en sus ojos. ¡Sólo había trabajado cuatro semanas con ella y ya estaba a punto de ponerse a llorar! Me sentí como el mayor de los canallas.
—Lo siento de veras, Sheryl. Realmente lo siento. Creo que tengo que desaprender ciertas cosas. Creo que he estado ciego a algunas de las cosas que les hago a las personas. Todavía no sé gran cosa al respecto, pero estoy aprendiendo... cómo resulta que menoscabo a los demás, que no los veo como personas. ¿Sabe usted de qué estoy hablando? —Ante mi sorpresa, ella asintió—. ¿Lo sabe?
—Claro. ¿Es por lo de la caja, el autoengaño y todo eso? Sí, aquí es algo que todos sabemos.
—¿Acaso Bud habló también con usted?
—No, no fue Bud. Él se reúne personalmente con todos los nuevos directores. Aquí organizan una clase por la que pasamos todos y en la que aprendemos las mismas cosas.
—¿De modo que sabe lo de la caja, lo de ver a los demás como personas o verlos como objetos?
—Sí, y lo de la autotraición, la connivencia, cómo salir de la caja, cómo concentrarse en los resultados, los cuatro niveles de rendimiento organizativo y todo lo demás.
—No creo haber aprendido todavía nada de todo eso. Al menos, Bud no me lo ha dicho aún. ¿Cómo era eso..., la auto...?
—Traición —terminó de decir Sheryl—. Así es como acabamos en la caja.
Pero no quiero estropearle lo que viene a continuación. Por lo visto, parece que usted acaba de empezar a saberlo.
Ahora sí que me sentía realmente como un cretino. Una cosa era tratar a otra persona como si fuera un objeto si esa persona era tan ignorante de todas esas ideas como lo había sido yo mismo. Pero al conocer lo de la caja, probablemente Sheryl me había visto venir desde el principio.
—Vaya, lo más probable es que le haya parecido como el mayor de los idiotas, ¿verdad?
—No, no el mayor —dijo Sheryl con una sonrisa.
Su broma tuvo la virtud de aligerar mi estado de ánimo y me eché a reír.
Probablemente, era la primera risa que se cruzaba entre nosotros en las cuatro semanas que llevábamos trabajando juntos. Dejándome llevar por la naturalidad del momento, me pareció una pena dejar pasarlo y le dije:
—Quizá para esta tarde ya sepa qué hacer al respecto.
—Quizá ya sabe más de lo que cree saber —dijo ella—. Y, a propósito, Joyce trabaja en el segundo piso, cerca de la columna marcada «8-31».

Al pasar junto al cubículo de Joyce, lo encontré vacío. «Probablemente se ha ido a almorzar», pensé. Estaba a punto de marcharme cuando me lo pensé mejor. «Si no hago esto ahora, ¿quién sabe si podré hacerlo alguna vez?» Así que me senté en la silla extra que había en el cubículo y esperé.
El cubículo estaba lleno de fotografías de dos niñas pequeñas, quizá de unos tres y cinco años de edad. Y había dibujos infantiles de rostros felices, salidas de sol y arcos iris. Podría haber estado sentado en una guardería, de no haber sido por los montones de gráficos e informes que había amontonados por el suelo.
No estaba seguro de saber qué hacía Joyce en la organización, en mi organización, lo que en ese momento me pareció algo bastante patético, pero a juzgar por el montón de informes supuse que pertenecía a uno de nuestros equipos de calidad de producto. Estaba examinando uno de los informes cuando ella dobló la esquina y me vio.
—Oh, señor Callum —exclamó, conmocionada, deteniéndose de improviso y llevándose las manos a la cara—. Lo siento. Siento mucho todo este desorden. En realidad, no suele estar así.
Evidentemente, la había pillado desprevenida. Probablemente yo era la última persona que esperaba ver en su cubículo.
—No se preocupe por eso. De todos modos, no es nada comparado con mi propio despacho. Y, por favor, llámeme Tom.
Pude observar claramente la confusión reflejada en su cara. Al parecer, no sabía qué decir o hacer a continuación. Se quedó allí de pie, a la entrada de su cubículo, temblando.
—Yo..., bueno, he venido a disculparme, Joyce, por la forma de abroncarla el otro día sobre la sala de conferencias y todo eso. Mi actitud no fue nada profesional y créame que lo siento.
—Oh, señor Callum, yo... me lo merecía, realmente me lo merecía. Jamás debería haber borrado sus cosas. Me sentí muy mal por eso, tanto que llevo una semana casi sin dormir.
—Probablemente, yo debería haber encontrado una forma de manejar el asunto sin necesidad de provocarle ese insomnio.
Joyce esbozó una ligera sonrisa, como si dijera: «Oh, ¿de veras lo cree así?».
Bajó la mirada al suelo y movió un pie. Había dejado de temblar.
Eran las 12.30. Me quedaban por lo menos veinte minutos antes de regresar para continuar la entrevista con Bud. Me sentía bastante a gusto y decidí llamar a Laura.
—Laura Callum —dijo la voz al otro lado de la línea.
—Hola —le dije.
—Tom, sólo tengo un momento. ¿Qué necesitas?
—Nada. Sólo quería saludarte.
—¿Marcha todo bien? —me preguntó.
—Sí, estupendamente.
—¿Estás seguro?
—Sí, ¿o es que no puedo llamarte para saludarte sin que me interrogues ?
—Bueno, tú no sueles llamar para eso. Tiene que estar ocurriendo algo.
—Pues no, no ocurre nada. De veras.
—Está bien..., si tú lo dices.
—Vamos, Laura, ¿por qué haces que las cosas sean tan difíciles? Sólo te llamaba para saber cómo estás.
—Pues... estoy bien. Y, de todos modos, gracias por tu preocupación —dijo, llenando la voz de una nota de sarcasmo.
De repente, todo lo que Bud me había dicho aquella mañana me pareció demasiado ingenuo y simplista. La caja, el autoengaño, personas u objetos..., todas aquellas ideas quizá pudieran aplicarse en algunas situaciones, pero no en ésta, por ejemplo. Y aunque se pudieran aplicar a ésta, ¿a quién le importaba?
—Estupendo. Eso es sencillamente estupendo. Espero que tengas una tarde muy agradable —le dije con su mismo tono sarcástico ligeramente aumentado—.
Y también espero que seas tan alegre y comprensiva con todo el mundo como lo eres conmigo.
La comunicación se cortó.
«No cabe la menor duda, estoy en la caja», pensé mientras colgaba el teléfono. «¿Y quién no lo estaría, casado con alguien como ella?»
Regresé al edificio central lleno de preguntas en mi cabeza. «Lo primero de todo: ¿y si alguien más está en la caja? ¿Qué hacer entonces? Como con Laura; no importa lo que yo haga. Simplemente, la llamé para hablar con ella.
Y en ese momento yo también estaba fuera de la caja. Pero luego, de forma rápida e indiferente, me lanzó un golpe bajo, como suele hacer. Es ella la que tiene un problema. No importa lo que yo haga. Aunque yo esté dentro de la caja, ¿qué? ¿Qué otra cosa cabría esperar?
»Está bien, he tenido un par de buenas experiencias con Sheryl y Joyce y parece haber funcionado. Pero ¿qué más van a hacer ahora? Yo dirijo el departamento. Ellas tienen que cumplir con su obligación. ¿Y qué pasa por el hecho de que Sheryl se hubiese puesto a llorar? ¿Por qué iba a ser culpa mía?
Ella tiene que ser más resistente. Es comprensible que un ser tan débil se eche a llorar, o al menos yo no debería sentirme culpable si lo hace.»
Mi sensación de cólera crecía a cada paso que daba. «Esto es una completa pérdida de tiempo. Es todo tan ingenuo. Vale, vivimos en un mundo perfecto.
Pero ¡diantres, esto es una empresa!»

En ese preciso momento oí que alguien pronunciaba mi nombre y me volví hacia el lugar de donde procedía la voz. Ante mi sorpresa, vi a Kate Stenarude, que se dirigía hacia mí cruzando el césped.


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Publicado por VRedondoF para La Caja el 3/20/2010 12:55:00 PM
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